Toda la locura encerrada en la Muralla de Lugo

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Ocurrencias Delirantes

12 de febrero de 2012

OCURRENCIA DELIRANTE XXI

La verdad, que desde que pasó lo del juez este, la planta está al borde de la sublevación. El nuevo concepto de justicia que ha acuñado Germán ha alcanzado una gran popularidad en el pabellón, hasta el punto de que se han colgado en la entrada de los retretes carteles que los renombran con los apelativos de “Audiencia Nacional” para ellas y "Tribunal Supremo" para ellos. Existe cierto temor entre los responsables del frenopático de que alguna de las visitas se vaya de la lengua y ello pueda acarrear algún conflicto con el colectivo de los togados. Ya sabemos como se las gastan y también sabemos un animal herido es más peligroso y agresivo.

Pero así están las cosas. Y que nadie ose mover nada. La prensa mas hostil al juez y felices con la sentencia han sido hechos trizas y puestos en el lugar del papel higiénico “para que sean vistos con otro ojo, en concreto aquel que Quevedo glosó en su día y, de paso, para que se empapen de la justicia que tanto celebran y veneran”.  Una foto de portada de otro diario en la que aparecen los ilustres magistrados que juzgaron al juez se emplea para hacer prácticas de puntería con cerbatanas de bolígrafo bic y bolitas de papel insalivadas, tan al uso en nuestra época escolar. Igual suerte corren las efigies de las ilustres plumas que firman las sesudas opiniones que yacen en los retretes.

De la noche a la mañana hemos pasado de ser un pabellón de frenopático a una comuna a caballo entre hippy y anarquista aurogestionaria. Vuelven los setenta. Germán se ocupa de ello cantando a pleno pulmón “A las Barricadas” por el pasillo. Han comenzado las purgas y persecuciones políticas: el pobre capellán tuvo ayer que salir por pies bombardeado por un enjambre de bolas de papel. Los médicos a penas se atreven a pasar visita. Y cuando lo hacen, vienen desprovistos de su bata blanca. El personal de enfermería evita todo lo posible interactuar con los internos, y son patentes sus semblantes de preocupación y temor. Al fin y al cabo, son parte del poder.

Y un servidor, también se ha sumado a la movida. Una forma de canalizar mi rabia. O mi tristeza. O lo que sea. Pero ahí estoy de co-ideólogo con Germán. Además gozo de cierta reputación basada en una colección de leyendas, a cual más exagerada, que circula en torno a mi protesta. Me he convertido en un verdadero icono de potencia y virilidad. Cualquier día van a acabar poniendo mi efigie en la bandera rojigualda para que unos cuantos mocetones henchidos de ardor guerrero las luzcan en cualquier protesta auspiciada por el obispado.

Esta "movida" empezó hace unos días en la sala de terapia. Un hiperactivo Germán consiguió fue haciendo entrar a la sala de terapia a esa masa de pacientes que se pasa la mayor parte del día deambulando por el pasillo. Lourdes y Sara no se podían creer semejante concurrencia. La verdad, que esto de pintar láminas como niños de preescolar o hacer puzzles de tropecientas mil piezas no va con la mayoría de los internos. En honor a la justicia - entiéndase en la acepción antigua de la palabra - hay que decir que la pobre Sara se las ve y se las desea para entretener a la peña con los pocos recursos que brinda el hospital.

Enseguida Germán propuso hacer terapia de grupo comentando las noticias el día, a lo que accedieron encantadas, trayendo al poco rato varios ejemplares de la prensa local y nacional. Había clara unanimidad de portadas mostrando la foto del juez sancionado. Y ahí estalló el motín. Sara y Lourdes quedaron relegadas a meras comparsas mientras Germán y quien esto escribe pasamos a “controlar” la asamblea. Salieron propuestas, como las de cambiar el nombre de los excusados y colocar allí la prensa para que pudiera ser vista con otros ojos. Se generalizó aún más la nueva acepción que había propuesto Germán para el término "justicia" y Alicia encontró una nueva vía para canalizar su hiperactividad, llenando las paredes de pintadas, algunas muy ofensivas, e imágenes del juez sancionado.

Mas tranquilos, comentábamos la jornada en la sala de terapia, con algunos ejemplares de la prensa en la mano.

·        Mira, Walker, una prueba de que todos estamos como putas cabras, es que creíamos en la justicia y por eso esta jugada nos ha caído tan mal.
·        ¿Tu crees, Germán?
·        Sí, macho, es como el berrinche que te llevas el día que te dicen que los Reyes Magos son los padres.
·        Puede ser….  ¿Crees que no existe?
·        No. No es más que una apariencia para consolar al populacho haciéndole creer que la sociedad funciona y están amparados ante el más fuerte. Y así mientras están tranquilos y confiados, los listillos de siempre les roban la cartera. Además permite una canalización de la venganza por la vía de la burocracia. Pero bueno, si quieres joder a alguien, hazlo participar en el juego de la justicia. Es como obligarle a jugarse en el casino su patrimonio y su libertad. Que se joda y se gaste lo que tiene y lo que no tiene en apuestas para tener más probabilidades... Así funciona esto. Y la cosa se puede alargar años.

En la mesa había una viñeta que cambiaba el nombre de “Palacio de Justicia” por el de “Gran Casino”.

·        Es muy agria tu visión.
·        No, Walker, para nada... Mira hay que tener muy claro quién es el que manda. Y estos que están ahora lo tienen clarísimo y no se equivocan: los banqueros, los militares y los curas. Y no hay vuelta de hoja, tío.
·        Hombre, los curas…
·        Llámalo el Opus si quieres.
·        ¡Ah, bueno, claro…!
·        Y los banqueros, o los que tienen la pasta… y a esos no se les toca, cagüendios. Y si se les toca pues para lo que pasa.
·        Ya…
·        Y este pringado de juez le ha pasado como a Ícaro, que se empeñó en volar por encima de las nubes con unas alas hechas de plumas unidas con cera.
·        No te entiendo ahora.
·        Pues que éste se ha pasado, que hay gente con quien uno no pude meterse. Y la red llena de tentáculos ha funcionado: se lo han cepillado, lo han defenestrado y lanzado a estos hijos de puta de la prensa para que terminen de despedazarlo y servir sus despojos a una audiencia hambrienta y, también, a cualquier gilipollas dispuesto a hacerles caso.
·        Oye, han ido igual que buitres... daban auténtico asco.
·        Sí Walker, como ya te dije hace tiempo, su principal misión es untar de vaselina el cipote del garañón y endosárnoslo bien endosado. Creo que lo llaman "crear opinión". El oficio de mamporrero. Eso sí, de pago, que para eso cobran lo que cobran y les pagan quienes les pagan. Hay que educar al pueblo...
·        Este mundo es una mierda…
·        Siempre ganan y siempre ganarán, Walker… Sólo nos queda un alternativa.
·        ¿Cuál?
·        La lucha armada, tío. ¡A las barricadas!
·        Germán, creo que ahí también llevaríamos las de perder...
·        Tienes razón, tío. Parece mentira que estés aquí metido. Seguramente, tienen dinero para contratar los pistoleros más rápidos y mortíferos. Y si hace falta, se subleva al ejército, como ya pasó en otro tiempo
·        No veo mucho que hacer...
·        Entonces nos queda resistencia  pasiva, el sabotaje... en fin, joder por joder… ¿me llevas esta noche de paseo contigo?
·        ¿De paseo?
·        Sí, joder, al ordenador de la Salazar que tengo cosas para colgar en mi blog.
·        ¿Tú tienes un blog?
·        Hace mucho, tío, hace mucho… Ni te imaginas para quién trabajé antes de que me metieran aquí… Me acabaron dejando en pelotas, tío. Pero no me han podido quitar el blog… Hace tiempo que tengo ganas de actualizarlo… Llévame contigo esta noche…
-   Espero que algún día me lo cuentes...

Y aquí estamos los dos. Aquí te dejo esta crónica querido lector. Germán también tiene preparada su artillería. Pero eso habrás de buscarlo en otro blog. 

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